Las letras de Vinagre y Rosas...


Parte Metereologico

Se anuncia entre los dos tiempo inestable
asoman a tus ojos las tormentas,
por la noche es probable
que el viento sea variable,
que me quieras… y luego te arrepientas.

La isobaras ven hielo en tus venas
y en tu pañuelo un mar que se sofoca
y auguran las antenas
que harán falta cadenas
para subir al puerto de tu boca.

Besarte es desatar un huracán
que suba en el termómetro en el mercurio,
algunas nieves dan
calor cuando se van
fundiendo entre el desierto y el diluvio.

A, E, I, O, U
a mi boda fueron todas menos tú.
Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si
marejada ni contigo ni sin tí.

Lo malo es que después la gota fría
se instala entre mis huesos y los tuyos,
corrige mi alegría
la noche de aquel día
que me condena al páramo y al trullo.

Caerá un rayo en mi torre de Babel,
arrasarán las plagas y la hambruna,
vendrán lunas de hiel,
a devastar mi piel
si el desamor no encuentra su vacuna.

A, E, I, O, U
a mi boda fueron todas menos tú.
Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si
marejada ni contigo ni sin tí.

A, E, I, O, U
a tu vera el dulce hogar era un iglú
Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si
marejada ni conti…
marejada ni conmi…
marejada ni contigo ni sin tí.

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Ay, Carmela

Ay Carmela, me duelen tus ojos
sembrando rastrojos
canela en la nieve.
Como dos carabelas,
tan pintas, tan niñas, tan leves.

Minifalda
con bici a la espalda
y nariz indiscreta,
poco más que decir.
Urge sobrevivir
te mereces un novio poeta

No me pidas que muera por tí
lo que queda de mí
se subasta a la mejor postora
como un parco motín
en el barco ruín de la aurora.

No me obligues a hacerte la ola
sigue sola tu camino
al fin y al cabo ni sé ni sabo
cuánto nos cobra el destino.

En los bares del foro
rompías el guión
de una peli con final feliz.
No había rubia en el coro
más loro ni más Norma Jean.

Y después de la feria y el cole,
la histeria y el miedo;
si te da por contar
hombros donde llorar
va a sobrarte una mano y seis dedos.

No me canso de hablarte
aunque pronto mi voz
suene a grano de arroz repetido
y desampararte es jugar
a los fuegos de azar del olvido.

Nada amanece, todo envejece,
plancha tu velo de tul.
Tal vez mañana a tu ventana
llamé otro príncipe azul.

Y no sé de qué modo
dejar de adorarte sin duelo
entre nunca y quién sabe.
Cuando quemes tus naves
no me pierdas las llaves del cielo.

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